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Zona Arqueológica de Tula: El lugar resguardado por los guerreros de piedra, que encierra estos misterios

Durante su apogeo, Tula se consolidó como un centro político, económico y religioso de gran relevancia. La ciudad contaba con una población numerosa y diversa, y su ubicación estratégica facilitaba el comercio y la interacción cultural con otras regiones de Mesoamérica. Los Atlantes de Tula fueron maestros en la construcción de grandes estructuras monumentales, incluyendo la Pirámide de Quetzalcóatl, así como varios palacios y templos. Estas estructuras fueron construidas con grandes bloques de piedra caliza, que fueron tallados y unidos con una técnica de mortero única para la época. Sea como fuere, aquellos atlantes que dominaban las alturas de una de las pirámides de Tula ejercían un considerable influjo en los habitantes, siendo probablemente uno de los hitos constructivos de la época de esplendor de la cultura tolteca.

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Esto implica no solo la conservación de las estructuras, sino también el desarrollo de un modelo de turismo que beneficie a la comunidad local y respete el patrimonio cultural. Las acciones de conservación también deben ir acompañadas de una colaboración efectiva entre las autoridades locales, el INAH y la comunidad. La participación de la población local en la conservación del sitio es vital, ya que les permite ser parte activa en la protección de su patrimonio cultural. A pesar de los beneficios económicos, el aumento del turismo también plantea retos significativos.

Los atlantes de Tula son cuatro figuras antropomorfas,[1]​ pertenecientes a la cultura tolteca, que se encuentran sobre la Pirámide B, en la zona arqueológica de Tula, Estado de Hidalgo, México, también denominada como Tollan-Xicocotitlan. Famosa por los Atlantes de Tula, la zona arqueológica se convierte en un sitio de misticismo. Su altura es de 4.6 metros y se encuentran en la parte superior del Palacio del Señor de la Aurora o Tlahuizcalpantecuhtli. Los⁣ Atlantes toltecas son una de las ⁤figuras más enigmáticas⁢ y emblemáticas​ de la arquitectura mesoamericana.

Cómo llegar a los Atlantes de Tula, uno de los tesoros de México

La atención al detalle en estas esculturas habla del dominio que los toltecas tenían en el uso de la piedra y en su capacidad para crear obras de gran escala. A medida que se han realizado más investigaciones, se han encontrado indicios de una sociedad compleja, que incluía un Eo Consultora Turística sistema de comercio, un gobierno organizado y una estructura social jerárquica. Los hallazgos en Tula han ayudado a comprender no solo a los toltecas, sino también su interacción con otras culturas mesoamericanas, lo que ha sido fundamental para el estudio de la historia de México en general.

Los Atlantes de Tula fueron columnas que sostenían el techo del templo de Tlahuizcalpantecuhtli, ubicado en la parte más alta de una pirámide emblemática del yacimiento de Tula. Hay esculturas tridimensionales y lápidas talladas en relieves, con personajes armados que aparecen asociados a elementos arquitectónicos como chac mool, pilastras, estelas, frisos y banquetas. Se destaca la producción de grandes estatuas de piedra, llamadas atlantes, que representan a guerreros y dioses. El Atlante de Tula, con su imponente presencia, ha sido interpretado como un símbolo de la potencia y el poder militar de la civilización tolteca. Se cree que los atlantes, que representan guerreros de la élite, están estrechamente relacionados con la ideología militar y la cosmovisión de los toltecas.

En este se aprecia la escultura de un Chac Mool, una figura característica de las antiguas ciudades mesoamericanas. Dentro de la zona arqueológica de Tula se pueden observar 2 canchas para el juego de pelota mesoamericano, una práctica ritual de gran importancia en las culturas prehispánicas. Se dice, los toltecas representaban a través de este juego las fuerzas divinas imitando el movimiento de los astros en el cielo. Los Atlantes de Tula son una civilización prehispánica fascinante y poco conocida, que dejó un legado cultural y arquitectónico impresionante en la región de América Central. Su influencia aún perdura en la cultura mexicana contemporánea, y su importancia histórica está siendo cada vez más reconocida. Esperamos que este artículo haya aportado algo de luz sobre esta maravillosa y olvidada civilización.

  • Este apartado aborda los orígenes de la civilización tolteca y los hallazgos arqueológicos que han permitido reconstruir su historia.
  • En lo alto de una pirámide, bajo el sol del altiplano hidalguense, se alzan cuatro imponentes figuras de piedra que han despertado la curiosidad de viajeros, arqueólogos y amantes de la historia por generaciones.
  • El Palacio Quemado, representan individuos tanto de pie como recostados y a la fecha siguen siendo figuras enigmáticas y se desconoce cómo llegaron ahí y cómo fueron esculpidas.
  • Algunas de las figuras representan esqueletos humanos devorados por enormes serpientes de cascabel, lo cual representa el sacrificio humano.
  • Detrás de las figuras se encuentran cuatro pilastras muy sencillas que también tenían la misma función de sostén.

Se identifica un yelmo del cual sobresalen plumas, bajo este hay unos hexágonos que posiblemente eran elementos de concha. A la altura del rostro destacan unas orejeras de forma tubular, las cuales son peculiarmente alargadas. Para llegar hasta la terminal, la mejor opción es el metro, aunque también puedes elegir un taxi. No obstante, este último será más caro, y teniendo en cuenta el tráfico que hay en la ciudad, es posible que tarde unas diez veces más que el metro en llegar. Lo primero, debes saber que en la capital de México hay dos terminales (o estaciones) de bus, la Norte y la Sur.

A medida que continuamos explorando su historia y significado, nos encontramos con la responsabilidad de preservar y celebrar este legado para las generaciones futuras. El Atlante de Tula ha sido objeto de fascinación y estudio, revelando secretos a través de hallazgos arqueológicos que nos acercan a sus orígenes y al esplendor de la civilización tolteca. Las características de esta obra maestra, desde sus dimensiones hasta los materiales utilizados, nos ofrecen pistas sobre la tecnología y el simbolismo que impregnaban la vida cotidiana de sus habitantes. A medida que exploramos su significado, se abre un abanico de teorías que lo conectan con otras culturas mesoamericanas, enriqueciendo nuestra comprensión del legado compartido en esta región.

El atlante miniatura es uno de los objetos recuperados enlas excavaciones de la Pirámide B, ubicado en la plaza principal del sitio de Tula,Hidalgo. En esta construcción tambiénfueron hallados los monolitos de los atlantes de Tula y las pilastras labradasque sostenía una techumbre. La pieza que nos ocupa es una singular escultura policromada,hallada durante las excavaciones de la Pirámide B en Tula, Hidalgo. Estáelaborada en piedra de basalto de grano fino y representa a un guerreroricamente ataviado. El personaje lleva un tocado real de forma triangular, delcual emergen plumas abstractas que se proyectan hacia atrás. Su rostro exhibeun semblante impávido, y porta un chaleco-coraza elaborado de placas de conchade diversos colores, junto con un imponente collar de cuentas de conchaamarillas.

Las estatuas están talladas en grandes bloques de basalto, un material resistente pero difícil de trabajar. El detalle de las esculturas, desde los pliegues de la ropa hasta los intrincados tocados, refleja una maestría técnica impresionante. Los toltecas también emplearon un sistema ingenioso para mantener las estatuas en su lugar, utilizando una serie de morteros y espigas que permitían que las pesadas figuras permanecieran de pie. Antiguamente, la ciudad de Tula fue la capital del Estado Tolteca y su nombre en náhuatl era Tollan o Tollan Xicocotitlan, que quiere decir ‘lugar de tules, cerca del lugar de los xicotes’.

Aunque se han ofrecido múltiples teorías sobre el significado de “atlante”, hay dos que destacan sobre las demás. La primera señala el término en arquitectura hace referencia a las columnas con forma masculina que sostienen algún edificio. Por otra parte, algunos señalan al atlatl, el pectoral de mariposa tallado en las esculturas, como el origen del nombre. En la parte frontal lleva un pectoral de mariposa, símbolo del guerrero desde épocas Teotihuacanas, que aunque ha adquirido transformaciones con el tiempo, se dice que cuando un guerrero muere en batalla, se convierte en mariposa y acompaña al sol al amanecer. Continuando la descripción, en la parte frontal se distingue un cinturón con un amarre a la altura del ombligo con una rodela en la parte posterior. Después de estos grabados, se aprecia un maxtla o taparrabos característico de la cultura Tolteca.

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